En la actualidad, cuando hablamos de revoluciones a gran escala (cuarta revolución industrial), podemos indicar que ello ha dejado de ser una proyección utópica o futurista para convertirse en una realidad tangible y palpable, donde la inteligencia artificial (IA), el Robotic Process Automation (RPA) y el machine learning convergen en un paradigma transformador: la hiperautomatización. Descrita por Abid Haleemy y su equipo más allá de la automatización de tareas como un enfoque disciplinado y empresarial para descubrir, analizar y automatizar rápida y exhaustivamente los procesos de negocio y de TI, donde la hiperautomatización es un gran impulso para la eficiencia operativa. Pero su real poder se desata cuando converge con las metodologías ágiles, para dar origen a un ecosistema dinámico y adaptable para el rediseño radical de flujos de trabajo. Desde la óptica académica esta investigación analiza dicha sinergia y en qué medida puede ser aplicada para potenciar la competitividad en sectores prioritarios del Alto Mayo en la región San Martín.
La trayectoria reciente de la transformación digital se hace reconocible en un anhelo de optimización total de los procesos hecho realidad en el paradigma de la hiperautomatización. Este paradigma va más allá de cambiar tareas mecánicas repetitivas y se convierte en un ecosistema tecnológico integrado donde la Inteligencia Artificial (IA), el machine learning y varias otras tecnologías avanzadas para la gestión de procesos convergen con el objetivo de reformar operaciones comerciales significativas. Su adopción responde a lógicas estratégicas que significan ventajas competitivas, pero generadoras también de nuevas tensiones en el plano laboral y ético.
Los reportes de beneficios son multifacéticos desde el punto de vista de la organización. Esto nos brinda un retorno más rápido de la inversión, así podemos constatar una importante racionalización de costes en el diseño e implementación de soluciones automatizadas, que redunda en un retorno de inversión más rápido. En segundo lugar, la hiperautomatización es un acelerador de la convergencia estratégica para los departamentos de TI y las unidades de negocio, hacia una cultura basada en datos y de la eficiencia. El coste de mantenimiento está, sin embargo, mitigado por el hecho de que este sistema combinado puede hacer posibles políticas de seguridad y gobernanza más fuertes y centralizadas que reduzcan los riesgos operativos. Pero la implementación de este paradigma genera externalidades críticas que requieren ser examinadas. El impacto más inmediato y debatido es la obsolescencia programada de ciertos trabajos, creando un proceso de redireccionamiento de la mano de obra humana hacia agentes digitales. Sobre este fenómeno cuantitativo se presenta un problema más profundo cualitativamente, que es la estructura inherentemente de monitoreo de sistemas hiperautomatizados. La habilidad para capturar, analizar y desarrollar cada interacción genera un panóptico digital que, si bien mejora la productividad, crea inquietantes preocupaciones para los trabajadores del conocimiento. El miedo radica en la explotación de dichos metadatos (de conductas y productivos) para una vigilancia laboral estricto, una medición de desempeño bajo criterios opacos o una erosión de márgenes de autonomía y privacidad del trabajador y el propio producto. En conclusión, la hiperautomatización se plantea no como una herramienta neutral sino como una fuerza estructural ambivalente; donde su aplicación debe estar orientada no solo por criterios de eficiencia y reducción de costos, sino además por un marco ético que considere la reconfiguración del mundo de trabajo, la protección de derechos digitales de los trabajadores y la responsabilidad en la gestión del cambio organizacional.
En este sentido, en el del Alto Mayo, podemos señalar que su economía ha estado históricamente sustentada en la agricultura (cacao, café, arroz, entre otras), y el turismo (pero en menor medida), la cual debe enfrentar el desafió de aumentar su productividad y valor agregado en un mercado global competitivo. La hiperautomatización profesional ágil es un camino realista para llegar a ello. En lo que se refiere a la agroindustria, tenemos que la cadena de valor del cacao y café es susceptible de ser completamente rediseñada. Sensores IoT en campos recolectan datos de humedad y plagas, que son analizados por algoritmos IA para predecir cosechas y seleccionar riegos. A nivel interno, los procesos administrativos de cooperativas, tales como gestión de pedidos, facturación, logística y pago a agricultores, que finalmente pueden ser hiperautomatizados con RPA e IA, minimizando tiempos y errores. Es así como un equipo ágil dentro de una cooperativa podría, en pocas semanas, automatizar el proceso de emisión de certificaciones de calidad, trámite que hoy en día puede tomas días.
En cuanto al turismo, se pretende crear una imagen de San Martín como región de turismo sostenible e inteligente, la hiperautomatización puede ligar plataformas. Un “ecosistema digital turístico” podría enlazar automáticamente reservas de lodges con tours operadores, transportistas, servicios de guiado, y mientras un chatbot con IA responde dudas en varios idiomas y propone itinerarios personalizados. El modelo ágil facilitaría la construcción y progreso en fases sucesivas de este ecosistema, priorizando las funcionalidades de mayor valor para el visitante.
En ese sentido, en el ámbito del Sector Público Regional, la administración pública es un terreno propicio para la modernización. Trámites como la obtención de licencias municipales, permisos comerciales o la tramitación de compras públicas, habitualmente burocráticos y lentos, los mismos que pueden ser rediseñados. Un enfoque “Rolling” o “Rolling wave planning”, estos permitirían a la municipalidad testear la automatización de una tramitación concreta, como, por ejemplo, la licencia de funcionamiento para pequeños negocios, medir el ahorro en tiempo y luego extender la solución a otros trámites.
El reto principal, según señalan estudios previos en contextos análogos (Brenes et al., 2021), no reside en lo tecnológico, sino en lo humano y estructural. En tanto se necesita un compromiso firme para invertir en capital humano (educando a los talentos locales en estas disciplinas), para mejorar la conectividad digital en zonas rurales, y para un liderazgo institucional que promueva la cultura de innovación y agilidad.
Finalmente, quiero señalar que la adopción de la hiperautomatización bajo la aplicación de metodologías ágiles no es un capricho tecnológico, sino una necesidad estratégica para que regiones en desarrollo como San Martín, así ellas puedan dar un salto en competitividad. Esta combinación permite evolucionar de la simple digitalización de tareas aisladas hacia una reestructuración profunda del modo de operar, transformando a las entidades en organizaciones más resilientes, eficientes y orientadas a un ambiente cambiante. En cambio, la aplicabilidad en San Martín es concreta y alentadora. El camino para ello es fuerza alianza entre academia en investigación aplicada y formación especializada, empresa en implementación y adopción y gobierno local en generación de un ecosistema favorable. Al cambiar a este paradigma, no sólo estaría San Martín mejorando sus procesos de trabajo, sino que estarían estableciendo un modelo de crecimiento económico sustentable e inteligente, a toda prueba frente a los retos del siglo XXI.
